Hasta la fecha de hoy se han descubierto más de 4.000 exoplanetas, pero muy pocos coinciden con características similares a la Tierra lo suficientemente aceptables para albergar vida. Pero ahora un grupo de astrónomos alemanes reveló la existencia de un exoplaneta que orbita la estrella Kepler-160. El cuerpo tiene características similares a las de la Tierra y la distancia de su órbita con respecto a la estrella es óptima para el desarrollo de la vida.
Una estrella similar al Sol
La estrella Kepler-160 se ubicó en el campo de visión de la misión principal de Kepler y se observó continuamente desde 2009 hasta 2013. Su radio de 1,1 radios solares, su temperatura de superficie de 5200 grados Celsius (300 grados menos que el Sol), y su luminosidad estelar muy parecida al Sol lo convierten en un retrato astrofísico de nuestra propia estrella Madre.
El nuevo potencial planeta se denomina KOI-456.04 y está ubicado a unos 3000 años luz de nuestro sistema solar. Fue descubierto por un equipo de científicos integrado por miembros del Instituto Max Planck, el Observatorio de Sonneberg, la Universidad de Gotinga, la Universidad de California en Santa Cruz y la NASA.
Hasta ahora se conocían solo dos planetas que la orbitaban: el Kepler-160b y Kepler-160c. Esos planetas no sólo son más grandes que la tierra, sino que tienen además mayor temperatura en la superficie porque su recorrido es más cercano a la estrella, lo que hace que no sean aptos para la vida.
En cambio, el recientemente descubierto KOI-456.04 presenta condiciones para el desarrollo de la vida. Tiene un radio de 1,9 radios terrestres y completa en 378 días su órbita alrededor de la Kepler-160. Recibe de ella una cantidad de luz similar a la de la Tierra y los científicos creen que podría haber agua en su superficie.
El nuevo planeta fue descubierto a partir de las variaciones en el período orbital del planeta Kepler-160c. Como parte de esa observación, los astrónomos empezaron a investigar el origen de los cambios con la presunción de que podían deberse a la presencia de otro planeta hasta entonces desconocido. Y no encontraron uno, sino dos: el otro es el Kepler-160d, que no presenta características que posibiliten la vida.
«KOI-456.01 es relativamente grande comparado con muchos otros planetas considerados potencialmente habitables. Pero es la combinación de este tamaño -menos del doble del planeta Tierra- y su estrella anfitriona de tipo solar lo que lo hace tan especial y familiar», dijo René Heller, científico del Instituto Max Planck y autor principal del estudio.
Se sabe muy poco sobre el planeta recién descubierto, incluido de qué está hecha su atmósfera y su verdadero tamaño. La composición de su atmósfera podría afectar la temperatura del planeta y cualquier probabilidad de que pueda soportar la vida, según indica la NASA. (I)
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