Para nadie es un secreto lo difícil que se nos hace a muchos adquirir un teléfono dados los altos precios con los que cuentan. Si a eso le sumamos la actual situación de escasez en nuestro país; hace que cuidarlos para poder conservarlos durante más tiempo y mejor, tenga más sentido que nunca. Todavía más cuando para muchos estos dispositivos son una herramienta importantísima que no solo permite el entretenimiento y disfrute; sino que también facilitan la obtención de información, la comunicación y hasta el trabajo en muchas ocasiones como es mi caso.
La necesidad de poder contar siempre con un buen rendimiento mientras usemos el teléfono para lo que sea que necesitemos es primordial. Y es que mantener un correcto desempeño a la vez que cuidar un poco más nuestro preciado dispositivo es precisamente lo que pretendemos enseñarte. Para eso hemos creado esta pequeña guía con varios trucos y consejos que si te animas a adoptar; estarás haciendo un uso más eficiente y garantizando así una mayor durabilidad del equipo.
La vigilancia del Software en tú teléfono resulta esencial.
Vamos a comenzar por revelarte cuales serían los comportamientos ideales a tener en cuenta para mantener el software optimizado. Aunque te pueda parecer algo tedioso; aquí lo primordial es el sentido común, tampoco se trata de andarse complicando más la vida. A lo que nos referimos con esto es que para conservar el sistema lo más fluido posible cuantas menos aplicaciones tengas, evidentemente más fácil será. Contradictorio a lo que mucha gente cree, no conviene usar ningún optimizador ni antivirus para mejorar o mantener más seguro el teléfono.
Resulta que esas aplicaciones suelen provocar el efecto contrario al que prometen y que tú quieres lograr; ya que terminan cerrando procesos del sistema que son elementales y ocupando espacio útil de tus memorias. En el caso de los antivirus, hace tiempo ya que Google controla mejor el tema gracias a Play Protect; por lo que no es realmente necesario tener otro, y por supuesto, no alentamos instalar nada desde fuentes desconocidas si no sabemos lo que hacemos.
Si seguimos con el tema de las aplicaciones innecesarias te recomendamos que revises ahora mismo cuales hace mucho tiempo no usas y las desinstales; parece una tontería pero apuesto a que si te pones a ello limpias un poco de basura. Y hablando de basura también conviene vaciar la “cache” de vez en cuando; esta es la memoria que utilizan las aplicaciones para acceder más rápido, y guardar ciertos datos que con el tiempo se vuelven obsoletos. Un buen momento para darte cuenta que debes limpiarla, es cuando esta ha engordado desmesuradamente; sobre todo en las aplicaciones de redes sociales. Para eso accede a los ajustes de información de cada aplicación, luego a memoria o almacenamiento, y finalmente tocas en borrar cache.
Otra práctica que no puede faltar para mantener la vida útil del móvil la mayor cantidad de tiempo posible es la de actualizar. Si bien esto no depende totalmente de nosotros como usuarios, siempre que exista la posibilidad de hacerlo según su disponibilidad; es importantísimo que se realice. No temas a perder ningún tipo de información o a que empeore el desempeño del teléfono por eso, solo asegúrate de esperar unos días tras su despliegue, informarte y listo. Por cierto lo ideal tras cada gran actualización en la que se cambia la versión de Android es hacer luego un restablecimiento del sistema, y si no por lo menos una vez al año.
No abusar de los componentes internos es clave.
Pero no solo con el software hay que tener consideraciones, la otra mitad que hace que todo eso funcione también requiere algunos cuidados básicos. Absolutamente todos los componentes de hardware sufren degradación con el tiempo, unos más que otros; pero en todos se hace evidente y puedes llegar a sentir sus efectos negativos, o en el peor de los casos perderlo. El procesador, las memorias y la batería, son solo algunos ejemplos tangibles en los que se puede manifestar un problema si nos excedemos con el mal uso.
Otra vez el sentido común es nuestro mejor aliado; nos referimos a que pasarte horas continuas todos los días pegado excesivamente al teléfono las 24 horas, no puede ser bueno para ninguno de los 2. Y ya si jugamos demasiado y le sumamos el insoportable calor de nuestro clima, tenemos la ecuación perfecta para el desastre. Efectivamente el calor es el enemigo número uno de la electrónica; fatal para las baterías pues este acelera su degradación enormemente, además de ralentizar el dispositivo en general. Ya que estamos con las baterías, los expertos recomiendan mantenerlas en niveles de carga entre el 20% y el 80%, además de no usarlas mientas se cargan.
El procesador y las memorias por otro lado pierden mucha eficiencia cuando se calientan demasiado, incluso si se llega al extremo el daño puede ser permanente. Para evitar estos escenarios no uses el teléfono bajo el sol, y trata de mantenerlo siempre lo más fresco posible. También es aconsejable desactivar todas las conexiones que no estés usando, tales como la Wi-Fi, el Bluetooth y la Ubicación por ejemplo, cerrar las aplicaciones que no usamos con frecuencia , y de vez en cuando darle un respiro total al móvil apagándolo completamente mientras dormimos.
El cuidado más externo también es importante.
Una vez repasados buena parte de los consejos para evadir malos usos, quedan otros comportamientos a tener en cuenta y que podrían mejorar la vida útil del Smartphone. Si nos enfocamos ahora en la preservación más física de nuestro terminal, hay varias consideraciones que nos ayudarían a proteger otras piezas como son el caso de la pantalla, las cámaras, los altavoces y micrófonos y el cuerpo del dispositivo en general. Todos estos componentes ya sea en mayor o menor medida suelen ser los más vulnerables ante las caídas, de ahí la importancia de usar algún tipo de protector y no llevar ni dejar el móvil en cualquier lugar.
Otro de los inconvenientes si ignoras estas recomendaciones y aunque no seas de caérsete mucho las cosas, es el deterioro que causan los elementos externos en el teléfono, tales como arañazos que pueden ser muy fatales para la cámara. Además como dijimos anteriormente el sol no es nada bueno, así que evita apuntar tu sensor directamente hacia él. Subir el brillo de la pantalla a tope no es nada favorable ya que puede provocar quemaduras en el panel; y ya que estamos tampoco te pases con el volumen si quieres preservar un mejor sonido de tus altavoces. Por último nunca bajo ningún concepto sumerjas el teléfono en el agua, ni aunque este esté certificado con dicha protección, ya que esto se implementó para casos de accidentes principalmente.